Tengo la sensación de que todo empieza a ser un poco absurdo, hasta este blog. Aquí, estos días he escrito posts de desahogo personal (que es como el “desarrollo personal” ese tan famoso pero al revés, digo yo) y he escrito también algún que otro post de algo patrocinado. Y es que alguna que otra marca sigue queriendo que escriba cosas patrocinadas. Oye, bien, gracias, si hay que contribuir al absurdo contribuyamos.
Así que hoy me apetece hablar de trabajo y trabajar. O de no poder hacerlo.
Mi trabajo de profesora de teatro no existe ahora. Nada. No doy clases. No tengo alumnos. Bueno, los tengo, espero que sigan siendo mis alumnos, pero ahora están en sus casas, no nos vemos, no ensayamos. Como ya dije, los echo mucho de menos, pero no hay remedio por ahora.
Y mi lista de cosas que echo de menos del día a día y del trabajo crece y crece:
Sigue leyendo →