Los últimos días del año pasado los pasé diciéndome cada día que tenía que ordenar un montón de cosas. Era más una sensación que algo totalmente real. Sentía que para que el nuevo año marchase bien debía ordenar mi vida, y esto me hizo pensar que no podía «ordenar mi vida» sin ordenar mi casa. Así que me acordé del Método japonés Konmari, método que conozco hace bastante tiempo pero que nunca me había decidido a poner en práctica.
El método lo ha creado una japonesa, Marie Kondo, y podéis encontrarlo en su libro «La magia del orden». Os voy a hacer un buen resumen para que podáis aplicar el método sin no queréis leer todo el libro:
¿Por qué no antes y sí ahora? Imagino que esto es algo personal, a cada uno le llegará ese momento en el que, a pesar de tener una casa aparentemente ordenada en el día a día, sabe que hay muchas cosas que no deben estar ahí y que empiezan a sobrar. ¿Puede ser una proyección de la propia vida? Diría que sí, al menos en mi caso.
Así que decidí empezar a ordenarlo todo siguiendo las pautas básicas del Método Konmari. Llevo cuatro días dedicando una media de 5 horas y, dejadme decir que estoy muy contenta. Así que os cuento un poco las bases de este método japonés, por si queréis aplicarlo vosotros.
Conserva solo lo que te haga feliz:
Para empezar, cuando tenemos que ordenar algo en casa siempre pensamos en que se trata de tirar cosas. Pero Marie Kondo, la creadora del método, nos hace verlo desde otra perspectiva: «En la mayoría de los casos, cuando la gente piensa en ordenar lo relaciona con cosas de las que se tiene que deshacer. Sin embargo, consiste en justo lo contrario: en adivinar qué es lo que queremos conservar, lo que nos hace felices». Hay que pensar en el objeto que tengamos entre manos en el momento concreto y descubrir si lo vamos a mantener en nuestra casa, y por tanto en nuestra vida, y lo conservaremos solo si puede proporcionarnos felicidad.
«Solo apartando lo que ya no necesitas, apreciarás realmente lo que ya tienes», asegura Marie. Además, hay que sentir gratitud por cada objeto al que le decimos adiós ya que «nos han servido durante años. Devuélveles el gesto.»
Mantén la constancia:
«Si lo hacemos todo de una vez y de la forma correcta, podremos apreciar mejor la realidad que nos rodea. Nos hará sentir tan bien que querremos seguir manteniendo ese estatus». Así que para kondear y organizar definitivamente tu casa tienes que pensar que estás haciendo algo más que «ordenar» y debes ser muy constante.
Trata de cumplir el Método de una sola vez e intenta no dejar una sección a medias, dice Marie. Sobre todo, crea un hábito. «No sirve de nada meterse una maratón de limpieza si al día siguiente vuelves a ordenar a la manera pre-Kondiana».
Debes empezar y no dejar para mañana o para luego ninguna habitación ni rincón de tu casa siempre que puedas evitarlo. Ojo, esto no quiere decir que empieces y pases 48 horas sin dormir kondeando, mi interpretación es que hay que ser constante desde que se empieza hasta que se acaba para hacerlo bien.
La chispa de la alegría:
Marie Kondo asegura que siguiendo el método y organizándolo todo de forma definitiva descubrirás una nueva chispa, «la chispa de la alegría». Tener tu casa, el lugar en el que vives arreglada, no es solo una cuestión de limpieza, también es una cuestión de felicidad y bienestar mental.
Y algunas pautas más para seguir el método Konmari:
1-Ordena por categorías:
No ordenes por zonas, hazlo por categorías. Para Marie hay que ir de lo más sencillo a lo más difícil, este es el orden correcto:
1-Ropa
2-Libros
3-Komono
4-Recuerdos (es lo más complicado).
Em mi caso confieso que no lo estoy haciendo así, ya que para mí, curiosamente, lo más complicado está siendo la ropa y lo sabía, así que tal vez se trata de seguir el método adaptándolo.
2-Sácalo todo:
Saca todos los objetos que tengas en la categoría con la que estés trabajando y colócalos en algún sitio de tu casa todos juntos.
3-Selecciona:
Selecciona lo que te produzca la «chispa de la alegría» y el resto descártalo. Para hacer esto los trucos Kondo son los siguientes:
Coge el objeto en tus manos y pregúntate si te gusta, si lo has utilizado recientemente y si realmente lo volverás a hacer.«Puede, significa nunca«. Marie quiere que veas que «la razón más común de la gente para no desprenderse de algo suele ser ‘puede que lea este libro otra vez‘ o ‘puede que me lo vuelva a poner algún día‘. La realidad es que en muy pocas ocasiones acabamos volviendo a ese objeto abandonado».
Así que no vuelvas a guardar en tu armario nada que no te proporcione alegría, ni esa prenda que solo llevas en casa y que solo tú ves, no la guardes, por ejemplo, si no la llevarías en público ¿por qué sí en casa? En casa pasas mucho tiempo y mereces sentirte bien, a gusto con lo que llevas. Viste solo aquello que te haga feliz.
Cuidado con los papeles y documentos: ten presente que cada prenda de ropa es reemplazable, pero algunos papeles no, así que cuida bien en esta categoría lo que eliges.
Sobre objetos sentimentales recuerda que vivimos en el aquí y el ahora, «no podemos vivir en el pasado» dice Marie, y también señala que «no importa lo maravillosos que fueron. La felicidad y el entusiasmo que sentimos aquí y ahora es más importante».
Una vez seleccionado lo que vas a conservar descarta todo lo demás. No regales algo que no quieres fehacientemente, sí puedes plantearte donar ciertas cosas que puedan servir a otros, pero no cargues a ningún amigo o familiar con algo que no quieres tú sin preguntar previamente si lo necesitan. Si pensamos que alguien en nuestra familia o algún amigo de verdad puede hacer buen uso de alguna cosa que no vamos a conservar lo mejor es averiguarlo y no imponer el objeto, no debemos anular la posibilidad de elección de los nuestros.
4-Hazlo a solas:
Muy importante: no dejes que nadie vea lo que haces. No es que tengas que esconderte pero es un momento para vivir a solas. «Algunos padres pueden estresarse al ver cómo su hijo se desprende de ciertos objetos».
5- Da las gracias:
Importante: ¡da las gracias! Según el Método Konmari, que es muy japonés, los objetos tienen «alma». Agradéceles el tiempo que te han servido antes de darlos por descartados.
6-Categoriza y después guarda en vertical:
Haz categorías con aquello que has decidido conservar y guardalo de forma clasificada. Ejemplos: la ropa por colores, los libros por género, los documentos por función. Lo que te produzca más felicidad que esté a la vista y no olvides dejar todo en el mismo sitio del que lo cogiste, así no perderás nada.
Para el almacenaje no hay que comprar nada, no es necesario. Usa, por ejemplo, cajas de zapatos viejas. Y recuerda: si guardas las cosas de forma organizada no necesitas clasificadores o separadores.
Marie piensa que apilar objetos uno encima de otro de forma horizontal causa estrés en los que están en la base de la pila. Una camiseta puede ser doblada muchas veces y no se va a arrugar si no tiene nada que pese encima. Al final de este post tienes dos vídeos con la propia Marie que podrán servirte de ayuda para el almacenaje vertical.
También sugiere que los vestidos y faldas debes guardarlos de izquierda a derecha, primero los más largos, así se crea una línea ascendente vertical que atrae armonía.
Lo mejor, notarás cómo de bueno es:
Notarás los beneficios: «Ordenar tiene efectos mágicos», asegura Marie. «Verás la confianza que adquieres en tu capacidad de toma de decisiones.»
Podéis ver este vídeo en el que Marie ordena su ropa interior o sus camisetas. Tal vez haya prendas que ya ordenáis así pero seguro que alguna idea podréis coger.
Pues sin saberlo ya dobló la ropa de ese modo, así ves todas las camisetas de una vez.
Con los jerseís finos hago lo mismo.
Ahora toca todo lo demás.
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