El otoño está aquí, empieza a hacer frío, el verano queda lejos y las vacaciones de la mayoría más. Pero eso no quiere decir que las ganas de viajar y de pensar en viajes vaya a desaparecer. Siempre hay varios viajes en mi cabeza, en nuestra cabeza. El que acabamos de hacer, el que estamos preparando y el que prepararemos pronto. Hoy, en este post otoñal, simplemente me apetece hablar de eso, de viajar, y de lo que más inquieta a la gente que nos rodea sobre nuestros viajes.
Una de las preguntas que más me suelen hacer cuando ven que estoy viajando otra vez es ¿cómo lo haces? ¿Cómo puedes? Imagino que no hablan de días de vacaciones, ya que en España más o menos todo el mundo tiene los mismos días. Se refieren a cómo nos organizamos económicamente. La respuesta es: viajando barato. Buscando ofertas. Arriesgando, por ello, a veces. Y, por supuesto, ahorrando con antelación para viajar.
Volar barato
Escucho a menudo a mucha gente decir cosas como «yo con Ryanair no vuelo». Y no es que hablen de que no vuelan con Ryanair porque sus trabajadores se quejen continuamente de sus condiciones laborales, por solidaridad con ellos, sino porque algo tan barato no da confianza. Porque la lían siempre sentando a parejas que no pagan suplemento separados (doy fé) o porque son muy pesados con sus loterías y esas cosas. Y encima ahora hay que pagar por llevar maleta. Nosotros sí volamos con Ryanair si es necesario.
Este verano, en el viaje que hemos hecho a Jordania y Polonia, las mejores ofertas nos las daba Ryanair. Así que tuvimos que coger los vuelos con ellos. Nos arriesgamos. Llegó la huelga. Nos pilló en medio. Lo pasamos mal antes de salir ¿nos cancelarían el vuelo? Al final tuvimos suerte, pudimos volar y ahorrar con ellos. ¿Es mi aerolinea favorita? No. ¿Preferiría ir con otras compañías, y ya que te pones en primera clase? Sí. ¿Podemos? No, en primera clase ni de broma, con otras aerolíneas a veces sí y a veces no.
Volando a Japón
Cuando buscamos un vuelo a Japón intentamos tener unas fechas más o menos flexibles antes de comprar. Así podemos elegir el vuelo que salga más barato con la compañía más barata. Solo tenemos dos excepciones. No compramos vuelos con eDreams (son lo peor) y no queremos volar con Aeroflot (una vez fuimos en un avión viejísimo de Aeroflot a Japón, con cosas de la cabina pegadas con cinta aislante y no fue bonito). Lo demás nos vale todo.
Por ejemplo, nunca, por ahora, hemos podido comprar un vuelo directo a Japón. Si nos ahorramos 100€ por persona, por ejemplo, por volar haciendo una escala, con ese dinero nos pagamos varias noches de hotel en destino. Hacemos una paradita en medio del viaje y logramos un poco de ahorro.
Centímetros, pulgadas y esas cosas
Otra cosa que intentamos que no nos preocupe mucho a la hora de viajar son las diferencias culturales, sociales o incluso de medida que podamos encontrar. Si estamos en un sitio en el que necesitamos cambiar de pulgadas a centímetros para algo, pues cambiamos. Si en otro país resulta que no entendemos el idioma y que ellos no saben inglés, hacemos mímica. Si toca cubrirse la cabeza por alguna razón, nos la tapamos. Si en otro sitio la comida es picante que te mueres, pues comemos picante hasta llorar.
Para nosotros se trata de disfrutar con todo lo diferente y nuevo que viajar nos ofrece, de verlo como un reto y no como un problema imposible de solucionar. A veces nos enfadamos con el mundo, porque las cosas no son como queremos, pero otras veces hasta agradecemos esa tormenta que llega en mal momento y paseamos bajo la lluvia (Jiufen, Taiwan, 2018) disfrutando de colores preciosos que, de otra forma, no habríamos visto.
Próximos viajes
En preparación tenemos un nuevo viaje, repetiremos destino buscando rincones nuevos ¿Adivináis dónde? En próximos posts podré contarlo todo. Y en mente tenemos otro más, porque la semana santa pide siempre un poco de aventura.
Tenemos un mapa del mundo en el que vamos rascando y pintando de colores cada país nuevo que conocemos. Probablemente mucha gente crea que hemos viajado mucho, pero no, si miras ese mapa del mundo ves que nos falta muchísimo, que queda mucho por colorear. La cuestión es intentar no parar, seguir buscando destinos por descubrir, probar nuevos sabores, descubrir gente extraordinaria, conocer el mundo poco a poco. Y madre mía, qué grande es el mundo…