El año 2019 ya está estrenadísimo, bienvenido sea. Y antes de que pase más tiempo y sea un poco absurdo plasmar por escrito mis propósitos de año nuevo voy a escribirlos. Este año como propósito de año nuevo me había propuesto no proponerme muchas cosas inalcanzables y absurdas (valga la redundancia). No quiero proponerme cosas que después, a largo plazo y tal vez por no cumplirse o no poder cumplirlas yo se acaben convirtiendo en un trauma más que resultar ser un propósito emocionante. Así que esta es mi lista.

1- Escribir más en mi blog, aquí.

Quiero recuperar la pasión y la ilusión en modablogger. No en vano llevo más de ocho años escribiendo aquí de lo que quiero cuando quiero. Me voy a imponer escribir mínimo una entrada por semana. Si son más entradas, mejor. El secuestro de mi blog por parte de hostgator ha tenido mucho que ver con mi desilusión en los últimos meses con el blog, pero no voy a dejar que un suceso aislado como ese eche a perder todo mi trabajo y mis ganas en el proyecto.

2- Practicar Yoga con más frecuencia.

Desde hace tres años practico yoga con un instructor personal una vez por semana. Ha llegado el momento para mí de ampliar esta práctica. Mi propósito es dedicar tres sesiones a la semana al yoga. Evidentemente con mi instructor seguirá siendo una sesión de una hora, en casa quiero dedicar dos días más por semana de unos 20 minutos a practicar āsanas por mi cuenta.

3- Terminar mi novela.

Ya, ya… lo sé, parece que hoy día todo el mundo escribe una novela, pero bueno, no pasa nada, esta es la mía y le tengo cariño ya. La empecé hace ya dos años. Quiero terminarla por el simple placer de escrbir y divertirme, sin más objetivo que ese, pasarlo bien y no ponerme metas demasiado elevadas. Tengo que dejar de hacerme corrección tras corrección en cada relectura al menos hasta tener un primer borrador definitivo.

4- Dejar de comprar cosas absurdas y no necesarias.

Y esto es así tal como suena. Porque ¿en qué momento pensé yo que necesitaba tener unos seis botes de crema de manos en casa? O ¿Por qué tengo seis botes de gel en el armario? Una cosa es ser previsora y otra cosa es perder el norte. Así que venga, vamos a recuperar el norte y, de paso, a ahorrar un poco.

5- Comer más sano.

No en plan flipada de la dieta tal o la otra, sencillamente controlar un poco más algunas cosas. Me gustan mucho los dulces y el azúcar procesado es el mal, así que ponerme límites será bueno.

6- Mirar menos el móvil.

En general controlar más el tiempo que paso conectada a redes sociales, sobre todo controlar esto de forma consciente y poder vivir así de verdad lo que me rodea.

7- Tomarme las cosas de modo menos personal.

Esto me ayudará a llevarme menos disgustos. Tiendo a tomarme muchas cosas que no tienen absolutamente nada que ver conmigo como si sí tuvieran que ver conmigo. Creo que si aprendo a diferenciar lo que sí es mi problema de lo que no lo es, probablemente, tendré mucha más paz mental. Mi amiga Carmen dice sobre esto que se trata de aprender a que todo me «resbale un poco más». Sé que no será fácil porque llevo viviendo conmigo toda la vida y me conozco, pero al menos ya soy consciente.

8- Hablar más con mi amiga Carmen.

Mkey (así la llamo yo) vive en Inglaterra. Se fue para vivir allí un año y no ha vuelto a España. Solo de visita. Sé que o nos lo proponemos en serio o se van pasando las semanas sin vernos cara a cara (por skype o similares) y, aunque cada día chateamos por Telegram, no es lo mismo. La echo mucho mucho de menos y sé que es muy necesario para las dos cumplir este objetivo para estar bien.

9- Hacer que la gente que cuenta cuente y olvidarme de la que no.

Este propósito está relacionado con el número 7, con el de no tomármelo todo como algo personal. Quería diferenciarlo porque 2018 ha sido más duro de lo que debiera por, muchas muchas veces, querer «quedar bien» con quien resultó que no lo merecía. No solo es aprender a diferenciar quién sí y quién no, es mantenerme firme una vez que constate la diferencia. Y con los que sí se lo merecen, que son bastantes y muy buenos, algunos recién llegados y otros de siempre, darlo todo con ellos y en los proyectos que compartamos.

10- Mantener el zen.

Este sí es un propósito a lo grande, y casi que engloba a todos los los demás. Pero es mi propósito así que no voy a renunciar a él. En general quiero mantener esa actitud que a finales de 2018 me traje de Japón y de mis visitas a sus templos budistas. No es exactamente mindfulness, aunque un poco de vivir el aquí y el ahora sí que tiene. Quiero pararme más, sentarme más a meditar, buscar la iluminación, tener tiempo para mí misma, controlar mi tiempo porque suelo ir acelerada por la vida siempre. Creo que este sí es un mega-propósito, pero no pienso olvidarme de él.

Veamos cómo se da el año y cuántas cosas se van logrando…