Este año más que ninguno me he dado cuenta de que todos necesitamos consejos para empezar los días de buen humor. Tarea, a veces, nada fácil, reconozcámoslo. Y es que cada mañana, cuando suena el despertador, somos muchos los que pensamos en la necesidad de una siesta, y pensar en una siesta nada más levantarnos es bastante duro, seamos sinceros. Sobre todo si ese día no podremos echar esa ansiada siesta, y además porque, probablemente, hasta el viernes no pueda llegar. En el peor de los casos, hasta el fin de semana no hay la más mínima opción de algo parecido a una siesta.
Así que. bostezando y con un humor relativamente clasificable de bueno, empezamos la rutina y, a veces, sin darnos cuenta, nos encontramos con que estamos sentados delante del ordenador y que no sabemos cómo hemos llegado hasta allí, y a veces tampoco sabemos cuando.
Hoy tenemos unos tips sobre vestuario y organización de la ropa muy sencillos que podemos seguir. Si los ponemos en práctica en el día a día, podrán ayudarnos a empezar con mejor pie y, por lo tanto, a que el día sea un poquito mejor y en consecuencia nuestro humor también.
Sentir que estás bien preparado para empezar el día en realidad le ayuda a tener un mejor día, lo que hace que el tiempo que te tomes por la mañana para ti, y el cuidado que dediques sea algo gratificante. Pero, hablemos con sinceridad aquí: muchas veces creemos que cinco minutos más de sueño es lo realmente gratificante.
El primer consejo para empezar bien el día y organizaditos es dejar preparada toda la ropa que nos vamos a poner el día siguiente antes de salir por la puerta de casa. Esto nos ayudará a todos (a los indecisos más) y será así cómo sacaremos el máximo provecho de una rutina de prisas por la mañana con el fin de enganchar esos preciosos minutos bajo las sábanas.
Pero si eres incapaz de dedicar algo de tiempo por la tarde-noche en elegir tu ropa, para ahorrar tiempo por las mañanas podemos también empezar por organizar nuestro armario un poco y que así, si no preparamos la ropa, nos sea sencillo escogerla.
Algo que ayuda es reutilizar la ropa del domingo el lunes. Es decir, si no trabajas con la misma gente con la que pasas el domingo, y el domingo has salido, no lo pienses dos veces, coge esa misma ropa y póntela el lunes. Evidentemente, habrá que tener en cuenta que no esté sucia y además, hablamos solo de la ropa-ropa, no la interior.
Dedica una parte de tu armario a aquellos artículos que siempre gravitan hacia adelante y coloca alrededor algunas opciones que rápidamente puedas combinar con las cosas que más te pones. La mayoría de las veces el pánico delante de nuestro armario empieza al tener que escoger entre demasiadas opciones. Si creas sólo una pequeña sección de nueve a 10 prendas importantes es mucho más fácil concentrarte. Coge la primera cosa que no hayas usado recientemente y vístete.
Si a pesar de todo esto, al final has entrado en modo pánico «noséqueponerme» recuerda algo fundamental: los vestidos y monos pueden ser usados solos por sí mismos. No necesitan demasiados accesorios, capas, o cosas así. Obviamente, en invierno vamos a querer llevar medias con los vestidos… así que… (sigue leyendo para esto).
Si hay medias que siempre llevas con un vestido,o calcetines específico que sólo llevar con ciertas botas, simplemente cuelga las medias en la percha del vestido y mete los calcetines en esas botas para que estén listos cuando ese equipo tenga que ser utilizado.
Lo mismo pasa con algunos jerseys y camisas. Todos tenemos jerseys que siempre llevamos con una camisa debajo, o jerseys de cuello alto que siempre utilizamos con determinados vestidos. Ahorra un poco de tiempo colocándolos juntos también en la percha. Menos que pensar menos tiempo que utilizar.
Vístete lo último, justo antes de salir. Sí, es mejor así para que no te manches con el desayuno, o no te pintes de bolígrafo mientras revisas la agenda, o para que el maquillaje no te arruine ese cuello que ya tenías decidido llevar.
Hasta aquí los tips que se nos ocurren y que nosotras intentamos poner en práctica en nuestro día a día. ¿Se os ocurre alguno más que hagáis vosotros y no hayamos contado?