Acabo de volver de Japón, han sido unas nuevas breves vacaciones en mi país preferido del mundo (no es una forma de hablar, es la verdad), y no paro de pensar y pensar en las cosas que he visto, descubierto, y de cómo todo allí no tiene nada que ver con el resto del mundo. Y encima, nada más llegar a casa, me encuentro con las rebajas españolas, y esto no ha hecho más que deprimirme un poco más.
Después de pasear por las calles de Tokyo, de pasar la nochevieja más rara (y más especial) de mi vida en el Templo Zozoji, llegar aquí y volver a chocar con la realidad es duro. No es que quiera comparar, sé que las comparaciones son odiosas, siempre, pero es que es inevitable. Llego de un lugar en el que la moda es algo tan personal que casi no se puede definir y aquí me encuentro con que esta todo el mundo con el drama de que en Zara e Inditex las rebajas son un asco.
En España la moda es homogénea, todos quieren comprar lo mismo, todos vamos vestidos casi como clones, y tan felices. No solo somos felices, nos esforzamos en hacerlo así. Yo misma escribo aquí posts de tendencias de temporada, me he quejado de las rebajas muchas veces, y probablemente volveré a hacerlo, pero ahora mismo no, ahora mismo me importa muy poco que no rebajen los precios en Zara, lo que me preocupa es los precios de toda la ropa siempre, y de todo lo demás, siempre.
Ya compartí en Twitter la foto de las cámaras Instax Mini 8 a 50€ y poco en una tienda de Tokyo (en casi todas cuestan lo mismo), mientras que en España es difícil encontrarlas por menos de 89€… pues valga el ejemplo para casi todo. La ropa, los complementos, el maquillaje. Y es muy triste. ¿Carretes para la cámara? Me he traído un montón a 4€ cada uno. En España en la web oficial de Fuji salen los más baratos a 10,21 € ¿Por qué? Me pregunto una y otra vez…
Ya os haré una review en condiciones de la Instax Mini 8, la cámara que tantas ganas tenía de tener. Mientras, miraré algunas fotos de moda en Japón, cada uno va como quiere, todos diferentes.