¿Te deprimes en Navidad? Toma nota

Después de vivir unas cuantas Navidades, como niña, adolescente y como ser adulto, he llegado a la conclusión de que paso un poco de ellas. Y cuando digo que paso no digo que las odie, pero tampoco me gustan. Por lo menos este año no. No voy a ser de las que luchan en la cruzada de «matemos la navidad» o «la navidad es un asco», pero tampoco voy a ser el espiritu de la Navidad hecho persona.

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En redes sociales tengo a dos tipos de amigos, los que son todo amor, paz, felicidad, familia, adornos, y los que se quejan de que estas fiestas son horribles. A los dos los respeto. Me hace gracia que ambos defensores de su propia causa critiquen a los demás. Los que adoran los momentos navideños llaman «haters» a los que reniegan de ella, los que reniegan de ella piensan que los otros son unos pastelosos. Y así, día a día, se acerca, llega y pasa la Navidad.

En cualquier caso, hay muchas papeletas para que la Navidad sea una fiesta triste. (…un momento… «fiesta-triste» ¿no es un concepto un poco contradictorio?) Si eres de los que estás al borde del abismo, con un pie en la alegría, otro en la normalidad y otro en la tristeza, toma nota de algunos consejos, pequeños, pero útiles para que no te afecten estas fiestas de amor obligado.

En primer lugar, cuando aparezca el anuncio de Turrones el Almendro, y su «vuelve a casa, vuelve por Navidad», apaga la tele. O cambia de canal. Está permitido incluso que le grites improperios a la tele. Luego sal corriendo y comete un bombón, una de las cosas dulces de la Navidad. Porque no todos vuelven a casa por Navidad, y no tienes por qué aguantar absurdeces ni enfadarte demasiado con los pobres creativos obsoletos de El Almendro.

Anuncio-Almendro

Si lo que te deprime es la tarde de 24 de diciembre, haz que sea tuya. Ponte una película que te guste (no tiene que ser Navideña), lee un libro, come pipas, y a la hora de la cena aguanta lo que te toque. Como mi madre dice, «¿quién tendría la idea de que el 24 las familias tienen que juntarse para cenar y pelearse?».

Si fueras de una de esas muchas familias en las que la tensión se corta con un cuchillo en la mesa la noche del 24 de diciembre, sonríe. Sonríe todo el tiempo. A veces funciona y la sonrisa de fuera se te mete dentro y hasta te lo crees. Será mejor que ese día no bebas mucho, porque al día siguiente te esperaría una resaca y eso deprime mucho, cosas del alcohol y el día después. Ah, si tienes que hacer tú la cena ya está todo solucionado, no tendrás tiempo de deprimirte, céntrate en que salga todo rico y luego en que todos se lo coman todo.

Si el 25 tienes otra comida navideña feliz, ponte monísima o monísimo, y en cuanto se sirvan los postres estarás excusado, la noche anterior fue una cena larga y estás que te mueres de sueño. Sal de ahí y ve donde te apetezca. Haz lo que quieras.

Si las cenas o comidas de empresa son lo que te ponen de mal humor ¡no vayas! El primer mandamiento para quererese a uno mismo es este: «no hagas lo que no te apetezca». Eso sí, siempre que puedas evitarlo (a ver si te van a citar a un juicio y no vas a ir). Esta es una de esas cosas fácilmente excusables. No puedes ir porque ya has quedado con los del trabajo de tu pareja, porque tienes un problema personal inexcusable o porque se te ha reventado una tubería en casa. Y punto.

Llegamos al 31 de diciembre. No pasa nada, son solo 12 uvas de nada. Ponte ropa interior roja y todo se arreglará solo.

Una vez pasado el 31 todo irá cuesta arriba. Si tienes vacaciones disfrútalas. Si tienes opción sal de la ciudad, conoce el mundo, ya sean ciudades cercanas o lejanas, un cambio de aire siempre pone de buen humor. Haz lo que sea por aprovechar los días sin trabajar, porque la vuelta es casi más dura que los días medio deprimentes de Navidad.

Y como nota fundamenta, no pienses en alguna Navidad pasada que fuera preciosa, una de esa en la que estaban todos los primos, todos los abuelos, todos los padres, todo el mundo volviendo a casa por Navidad con sonrisas y algún regalo. Esto es lo más peligroso. Tienes que vivir el presente, que es tuyo y nadie lo va a vivir por ti.

Y bueno, venga, que no se diga… pensar que 2014 va a ser bueno o malo depende de ti. Piensa lo que te da la gana, total, va a pasar lo que tenga que pasar.

mr_wonderfuck_navidad

 

 

¡Feliz Navidad!

 

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