Así me enamoré del Walkman Sony: en mi último viaje a Japón, mientras viajaba en un shinkansen (tren bala) vi a una chica japonesa con un reproductor de música de lo más cuco. Me fijé y era un reproductor Sony, y pensé: «quiero uno». Al bajar del tren me olvidé, pero unos días después, en Tokyo, decidí ir a la busca y captura de uno para mí.
Fue entonces cuando supe que Sony acababa de relanzar su icónico Walkman 40 años después. Claro que este nuevo modelo de Walkman no se parecía en casi nada al que recordamos los más nostálgicos. No se usan cintas de cassette, ni tiene pilas, pero sí que sirve para escuchar música, y encima es precioso.