Hoy quería hablarte sobre un poeta que he descubierto hace poco tiempo y que me ha conquistado con su obra. Se trata de Antonio Jesús Ramírez Pedrosa, puedes empezar a conocerlo en su web Un cuaderno en blanco.
Un buen día, navegando por twitter, descubrí que había en esta red social toda una comunidad de amantes de la escritura y la lectura, personas con las que comparto inquietudes y, poco a poco, fui descubriendo cada vez más artistas que están ahí, al alcance de todos, con mucho que enseñar al mundo.
Una de las personas que me llamó la atención fue él, Antonio. Su forma poética de escribir un simple tweet me gustó mucho. Me bastaron unos minutos mirando su perfil para saber que había talento en todo lo que escribe, hasta en sus tweets, en los que comparte su poesía, sus poemarios y algunos haikus (que a mí me parece lo más difícil del mundo crear).
Ahora, además, ha abierto una cuenta de twitter para mostrar sus obras, además de la personal, y allí encontramos delicias como esta.
Un buen día Antonio regaló su libro «Mi tiempo en tu reloj» y, por su puesto, me hice con él, porque quería conocer más sus poesías.
Descubrí entonces que se trata de un proyecto solidario, porque con su recaudación de esta obra apoya a la Fundación Vicente Ferrer. Con «Este pequeño abismo de tus ojos» me quedé atrapada. Está justo al comienzo del libro. Lo leí y lo releí preguntándome cómo algo tan sencillo podía provocarme tantas emociones.
Y desde ese momento no pude parar de leer. Os confieso aquí que yo, por aquel entonces, estaba terminando de escribir mi novela, «Sol de julio» y que me encontraba en un punto cercano al final, casi atascada. Bien, pues «El tiempo en tu reloj» y todo lo que en él encontré fue el empujón definitivo para seguir. No podría decir cuál fue la razón, pero la inspiración volvió a mí con tantas y tantas palabras bien hiladas con amor por Antonio.
Leyendo su poesía recordé a mi yo de doce años, con los poemas de Bécquer entre las manos, suspirando, memorizando, y me sentí muy bien.
Después, Antonio reeditó sus poemarios y, poco a poco, me voy a ir haciendo con todos. Por ahora tengo «Silencio y otros poemas» y «Piruleta de fresa». Sí, Piruleta de fresa, ¿cómo puedo no tener un poemario con ese título?
Estos libros los puedes leer del tirón o dosificarlos. O las dos cosas, primero leerlos del tirón para releer después despacio, un poema al día, dos, varios. A veces abro un libro al azar y leo lo que el destino decida ese día. Y siempre acierto.
¿Qué cuenta Antonio sobre sí mismo en la biografía de su web?
Después de pasar varios años estudiando el vacío y sus partes, afronto la monotonía diaria del encorsetamiento de la programación y las distintas metodologías abandonándome al verso libre sin rimas forzadas.
No creo que se pueda añadir nada más a esto.
Con los poemas de Antonio me acordé de Eduardo, mi profesor favorito de todos los tiempos, Eduardo García el poeta, que me enseñó en el instituto todo lo que sé sobre filosofía, que nos trajo al centro, a un grupo de chavales de apenas dieciséis y diecisiete años, a grandes poetas para que los conociéramos (Luis Alberto de Cuenca nos dejó a todos anonadados con su recital). Eduardo hizo que nos interesase la poesía, que nos gustase, y acabó publicando varias obras propias geniales que guardo como un tesoro. Eduardo se nos fue, pero siempre nos quedan sus poemas y su recuerdo. Y ahora guardo los libros de Antonio Jesús Rodríguez Pedrosa junto a los de Eduardo García y Luis Alberto de Cuenca, como un tesoro nuevo. Y estoy feliz de haberlo descubierto.
Os animo a conocer su obra, es alimento para el alma. Antonio, seguiré leyéndote. Gracias por tu trabajo.