Dicen que si no has visitado Tainan entonces no has visitado Taiwán. Así que hoy hemos pasado el día entero en Tainan, que es la ciudad más antigua de Taiwán, y allí hemos hecho un nuevo amigo.
Lo mejor del día ha sido, sin duda, la visita al Templo del Dios de la Guerra. Estando allí con nuestras caras de alucinar intentando no perder detalle hemos conocido a Rich, Taiwanés y de Tainan. Rich se ha acercado a preguntarnos muy amablemente y con una enorme sonrisa si conocíamos la historia del Templo, y como la respuesta era, claramente que no, nos ha acompañado por todo el Recinto Sagrado y nos ha enseñado, paso a paso, quién era cada Dios y cómo rezarles. Ahora sí que sí sabemos hacer bien los rituales y, además, los entendemos. Y qué alegría encontrar tan buena gente por el mundo.
Entre otras cosas hoy también hemos estado en otro Templo de Confucio (hay muchos en Taiwán) y hemos visto unas de las tablas con sus enseñanzas más antiguas y preciosas del país.
Por la noche ya ha empezado la lluvia, pero no pasa nada, si llueve que llueva, ya nos secaremos…
«A donde quiera que vayas, ve con todo tu corazón», decía Confucio. Y en ello estamos.