Día Sun Moon Lake (Lago del Sol y la Luna).
Hoy hemos dejado Taipei y hemos cogido un tren, muchos buses, tres barcos y un teleférico. Hemos pasado el día entero en Sun Moon Lake y me he enamorado tres veces: la primera del Lago, la segunda de un Templo y la tercera de la luz, que es una luz que parece que se puede tocar.
Esta mañana, muy temprano, desde Taipei hemos viajado a Taichung, punto de partida para ir a Sun Moon Lake. Una amable señora, ya en Taichung, nos ha explicado que estábamos en una estación de autobús equivocada, y casi en volandas nos hemos visto por fin en el bus correcto, todo esto portando como un tesoro un papel escrito en chino que la señora nos hizo en un momento para que todo al que preguntásemos pudiera indicarnos. Porque aquí la gente te ayuda todo el rato. Por cierto, J casi no entiende el inglés que hablan los lugareños Taiwaneses, así que yo hago de traductora. Básicamente creo que es porque pronuncian casi todos el inglés como yo. Muy «a su manera».
Hemos recorrido el lago entero, por tierra, mar y aire, y en uno de los barcos me he hecho amiga de unas señoras mayores con las que he mantenido una conversación no se sabe de qué, ellas hablando en chino todo el rato y yo contestando en español, pero todo han sido sonrisas.
Muchas veces nos reímos mucho con las cosas que no son lo que parecen. Como cuando hemos comprado unas castañas que han resultado ser huevos duros. Y así todo el día.
El pueblo Ita taho me ha gustado tanto que hemos tenido que volver después de irnos para dar otro paseo y ver desde su muelle el atardecer, y ha estado bien porque así hemos conocido a una señora que vendía bubble tea y nos ha hablado bastante rato en inglés deseándonos cosas buenas.
Y para rematar el día al volver a Taichung el hotel ha resultado ser una sorpresa, más cuco imposible, lleno de dibujos en todos los pasillos y con plantas temáticas. La nuestra se llama «eres música» y tiene instrumentos y vinilos decorados en las paredes. Me ha costado dejar de pasear por los pasillos haciendo fotos a todo.
Creo que este país va a ser un «quiero volver». Mientras llega el momento de querer volver vamos a ir viviendo la vida día a día, que por ahora está resultado divertido.